Mira como el hombre a evolucionado en su forma de descrubir al mundo.

Diferentes maneras de descubrir al mundo.

Es tiempo de verano. Días eternos que invitan a descubrir otros países, otras culturas, otras maneras de entender la vida y el mundo. A pocas horas de avión, el siglo XXI tiene rostro distinto. La gran aventura de nuestra era consiste en eliminar fronteras. Esta inquietud tiene su origen en un hecho impreso en el ADN humano. El punto inicial de nuestra especie es nómada. Desplazarse en busca de subsistencia fue el primer estadio. Luego llegaron el comercio naval y la conquistas de tierras. Las peregrinaciones religiosas determinaron el periodo medieval, y los imperios modernos se construyeron gracias a las grandes expediciones. Con la ilustracion surgió el viajé de aprendizaje científico y artístico, asi como las experiencias iniciáticas para los jovenes aristócratas británicos en Italia y Grecia. El denominado Gran Tour se convirtio en antecedente elitista del turismo moderno.

Viajar por viajar como puro placer, se impuso a medida que el progreso fue tomando fuerza en el siglo XIX. La Revolución Industrial fue preludio de las grandes transformaciones del transporte. La irrupción del ferrocarril, el desarrollo de los cruceros, la aparición del automóvil y el depegue de ls aviación comercial marcaron un punto de inflexión en el mundo del viaje. Las conquistas sociales hicieron el restó. En 1936 la Francia del frente popular institituyo las vacaciones pagadas. Poco despues, los regímenes totalitarios estrenaron programas de veraneo para el pueblo. Pero el turismo de masas se consolido tras la posguerra. En los últimos cincuenta años, este sector, con una demanda creciente, ha podido lanzar al mercado ofertas competitivas. Formulas como el low cost han posibilitado el acceso a capas sociales cada vez mas amplias. El perfil del viajero tambien hs variado. No solo en cuanto a destinos, si no también en lo que concierne a los intereses. A los viajes de espsrcimiento y culturales se han sumado el ecoturismo o las expediciones de carácter solidario. Cuando el escritor alemán Theodor Fontane exclamaba a mediados del siglo XIX: "Todo el mundo viaja", se referia a su circulo de la alta burguesía. Hoy en día, este lema se ha convertido, al menos, en un deseo colectivo.